viernes, julio 23, 2004

Sexo, mentiras y medallitas de oro

La Medalla de Oro del Congreso de EEUU es concedida para reconocer a personalidades en distintas áreas, incluyendo la medicina, artes, entretenimiento, servicio público, y obras humanitarias.

Supongo que eso vendrá en el ticket de compra de la dichosa medallita, pero que yo sepa, nuestro amistoso vecino José María A. no ha sobresalido en los campos antes citado....bueno, si se apura, entretenimiento sí ha dado a los lectores de El Jueves, pero para eso, le dan la chapita con su retrato made Forges y tan contentos.
Normalmente suelo pasar de comentar asuntos políticos aquí, bastante doy la brasa en botellones, bares y demás reuniones socialcólicas, pero el tema en sí me llamó la atención no por el revuelo aquí montado, sino por la noticia de que quieren concedérsela a título póstumo a Celía Cruz. Bonito detalle ¿y ese levantamiento del embargo? (Nota Mental: No hagas demagogía, no hagas demagogía....) 
Bueno, viendo el lado bueno, esta medalla en la que todos hemos contribuido algo de nuestros bolsillos, siempre podrá pasar a los anales de nuestros logros internacionales, como la Eurocopa del 64, el triunfo de Massiel o la gira internacional de Camilo Sesto de 1981. Como dirían Paul y Eddie (alter-egos norteamericanos de Enrique y mío en Galicia): ¡Que gran país!

Un pequeño apunte fuera del tema:Ayer falleció Jerry Goldsmith, compositor de BSO en una carrera de más de 50 años (Desafío Total, Instinto Básico, Gremlins, Star Trek, Patton...), sólo lo han comentado durante 20 segundos en un telediario. El resto de la frase, os la imagináis ya. Ni me sorprende (a estas alturas...), ni me indigna (perdí esa facultad viendo Troya).
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