miércoles, mayo 10, 2006

Hail to the Chef Tony

No voy negar a nadie que el insomnio y el teletienda han sido unos elementos mal combinados en mi vida nocturna. Desde la inolvidable almohada Cervical Pillow y sus malogrados posteriores clones (aquí es cuando visualizó esa escena de Alien Resurection en el laboratorio con los clones de Ripley), pasando por el espantoso DJ setentero del peluquín que nos ofrecía los grandes éxitos de las tres últimas décadas en cuatro CD, de grupos tan prolíficos como Four Non Blondes, Babylon Zoo o Big Mountain reversionando a Peter Frampton, sin olvidar aquella cera milagrosa para la pintura del coche, que la protegía del fuego, de ácido, de bailarinas de claqué bailando sobre el capó y hasta de Federico Jiménez Losantos (lo bien que le habría venido a Ramoncín en el Viña Rock...), la noche para mí ha estado fuertemente vinculada a esas horas muertas de la programación. Pero si existe un acontecimiento que ha sido capaz de emocionar mi endurecido corazón en los últimos tiempos, estos han sido los anuncios del Chef Tony y su serie de cuchillos Miracle Blade 3000.

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Hola, soy Ramoncín, tal vez me recuerden de “La desenfundada y enfundada de guitarra más rápida de la historia", hoy les presentamos...


No sabría decir que tiene el Chef Tony, pero su capacidad hipnótica para que no podamos cambiar de canal una vez estemos viéndolo sigue siendo algo inexplicable. ¿Será su incansable verborrea combinada con su capacidad de cortar a velocidades asombrosas tomates, filetes, piñas, baldosas y zapatos? ¿Las expresiones de asombro del siempre sonriente presentador Tom? ¿Su círculo de jóvenes aprendices en el plató, maravillados cuales padawans ante este Obi-Wan de la encimera? ¿Ó las sobreactuadas impresiones de amas de casas americanas medias al comprobar el filo del Miracle Blade 3000 descuartizando rábanos, pepinos y nabos?



Este mago audiovisual de la publicidad, a la altura del mejor Troy McClure, ha sabido ganarse la admiración de millones de personas gracias al inusual dinamismo de su anuncio, con algunas partes míticas.
En uno de los momentos más aclamados por la audiencia, nuestro simpático Chef Tony parece emprender un largo viaje de autodescubrimiento en coche, comparable al de “Una historia verdadera” de David Lynch. El destino le llevará hasta Wysconsin, en una vieja cabaña en el bosque dónde reside Arlan Louthif. Retirado del mundo y en soledad, se le podría considerar el Hattori Hanzo de los cuchillos de cocina. Pues viviendo como un ermitaño, ha dedicado su vida a fabricar y perfeccionar su arte en las hojas, hasta alcanzar un nivel de maestría digno de los Elfos de Tolkien. Él es el auténtico artífice de los cuchillos Miracle Blade 3000, y nuestro querido Chef Tony, humilde, reconoce su mérito, y nosotros se lo agradecemos.
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No sería justo seguir explicando más vicisitudes sobre este acontecimientos y privaros así del efecto sorpresa que produce verlo por primera vez. Creo todos deberíamos dejarnos llevar aunque sólo sea una vez por las habilidades de Tony, y ver el que se podría considerar el mejor anuncio de teletienda de la historia.

Desde aquí Tony, te dedico tu merecido Hail to the Chef

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