La mujer del vestido negro
Lo empezé a escribir un día en clase y hoy me lo he encontrado entre apuntes y decidido acabarlo.
"Frank apuró el último sorbo de whisky de la botella antes de tirarla al suelo del salón. El ambiente era irrespirable, con una densa niebla de humo ondeando por el techo. Nancy ya le hubiese recriminado que no abriera las ventanas, que no soportaba ese pestazo y que no era bueno para SUS plantas, pero Nancy se había largado desde hacía ya 3 meses y lo más probable es que no fuese a volver a nunca.
-Zorra, ahora vivo mejor sin ti....
Encendió otro cigarrillo y miró su reloj, las 23h 45...
-Mierda, me he vuelto a quedar dormido, y tenía que ven...
-Tenía que haber llegado 15 minutos antes, lo siento, me he retrasado.
Frank se dio la vuelta y la repasó con la mirada y su media sonrisa, como hacía con todas las mujeres de su vida desde hacía 15 años.
-No te he oído entrar.
-Tienes la puerta abierta, Frank, algún día entraran a robarte.
-Mientras me dejen las cervezas...
La mujer se acercó a él y se sentó enfrente, sus piernas, dos columnas dóricas esculpidas con alegría, se unían en el punto de lascivia tapado por un vestido negro tizón, dejando poca imaginación a la vista de un generoso escote donde convivían sin molestarse dos frutas del pecado. Su cuello, fino y desnudo, contrastaba en su blancura con los mechones lisos de oscuridad que la acariciaban por delante y se perdían por la espalda. Un marco delicado para un lienzo de piel suave, rasgos angulosos y una palidez rota por dos profundos agujeros negros, que reflejaban todo un mundo de experiencia con toda clase de personas.
-Veo que sabes mi nombre, eres una cotilla, mirando en el buzón. Tranquila, la “señora” de la casa no va a volver esta noche.
-Ni creo que le apetezca volver, con todo este desorden... ¿Cuánto tiempo Frank?
-El 15 harán 3 meses.
-No, ¿Cuánto tiempo llevabais juntos?
-Unos 13 años...
-¿Hijos?
-Supongo que la maceta aquella es lo más parecido a un hijo que hayamos tenido. Por lo menos no tienes que levantarte a mitad de la noche para regarla...
-Eres un cínico.
-Es lo único que me queda... eso, y el recuerdo de esta noche.
-¿Para eso has contratado mis servicios, no? He visto tantos casos como el tuyo, y se hacen tantas tonterías por amor...
-Más se hacen por su carencia.
-¿Tienes algo de beber?
-Me quedan 2 cervezas en la nevera, tráelas, pero no me vayas a cobrar un extra de tiempo, ¿eh?
-Tranquilo Frank, esta noche es sólo para TI.
Volvió a los 2 minutos, lenta, sensual, creando el vacío a su paso y deleitándose en el hecho de sentirse observada, deseada. Se sentó igual de provocativa que antes, bebiendo cortos tragos de cerveza, y mientras lo hacía, le miró directamente a los ojos, atravesando su iris, penetrando en su cerebro, observando en su memoria, juzgando... su alma, oyendo desde lo más profundo de sus entrañas la voz de la mujer susurrándole “Te conozco Frank”.
Una sensación de desplazamiento le embriago, dejo su cerveza sobre la mesa de forma patosa...
-¿Te ocurre algo Frank?
-Creo... creo que tengo mala bebida esta noche... ¿Por qué no me haces compañia aquí, nena?
Al colocarse a su lado, la mano de Frank se puso a explorar sensualmente su muslo, duro como el mármol... y casi tan frío...
-Aún no sé como te llamas...
-En este negocio, te llaman por muchos nombres... Llámame... Verónica.
-Me gusta ese tatuaje que llevas en el hombro, no me había dado cuenta... ¿Es un... Ángel?
-Es Lilith, significa Noche, y según la mitología talmúdica, fue la primera mujer creada por Dios y mujer de Adán, pero se rebeló contra su Creador por no querer asumir el papel reservado para las de su sexo. Era independiente, segura de sí misma y fatal. Todo un icono.
-Tsk... Fatal... Estoy un poco cansado de ese tipo de mujeres ¿Tambien eres así?
-Digamos que estoy bastante de acuerdo con ella... llámalo empatía entre mujeres.
-Empatía entre mujeres... quizás me hubiese venido bien algo de eso para no estar ahora así...
-Te hubiese venido bien algo de valentía Frank...
La miró con un relampagueo de furia y la besó. Ella se aferró a su espalda y comenzó el juego de lenguas retorciéndose como serpientes húmedas en un acto frenético de cópula. Frank sintió como poco a poco perdía el combate y finalmente la alejó de sí. Empezó a notar un dolor de cabeza y un extraño sabor amargo en su boca, como si le ardiera. Sudores fríos caían por su espalda y una extraña sensación de frescor le acariciaba la nuca. Al pasar su mano por el cuello, se dió cuenta de la cantidad de sangre que goteaba de sus dedos, su camisa estaba empapada de manchas granates. Miró a Verónica, ella lucía un semblante serio y le indicó con la mirada el suelo, al lado de su pie. Cuando Frank agachó la cabeza entendió, entendió el destino que había elegido, entendió que no se despertó de un ligero sueño antes, entendió lo indoloro que es el paso hacía la muerte,lo entendió todo al ver la pistola que acababa de usar para volarse la cabeza.
Verónica se levantó y le invitó a acompañarla. Vacilando, la imitó, la siguió, echó un último vistazo a su maceta, y cerró la puerta al irse."
Escucho: Echo&the Bunnymen: The Killing Moon (Donnie Darko BSO)
"Frank apuró el último sorbo de whisky de la botella antes de tirarla al suelo del salón. El ambiente era irrespirable, con una densa niebla de humo ondeando por el techo. Nancy ya le hubiese recriminado que no abriera las ventanas, que no soportaba ese pestazo y que no era bueno para SUS plantas, pero Nancy se había largado desde hacía ya 3 meses y lo más probable es que no fuese a volver a nunca.
-Zorra, ahora vivo mejor sin ti....
Encendió otro cigarrillo y miró su reloj, las 23h 45...
-Mierda, me he vuelto a quedar dormido, y tenía que ven...
-Tenía que haber llegado 15 minutos antes, lo siento, me he retrasado.
Frank se dio la vuelta y la repasó con la mirada y su media sonrisa, como hacía con todas las mujeres de su vida desde hacía 15 años.
-No te he oído entrar.
-Tienes la puerta abierta, Frank, algún día entraran a robarte.
-Mientras me dejen las cervezas...
La mujer se acercó a él y se sentó enfrente, sus piernas, dos columnas dóricas esculpidas con alegría, se unían en el punto de lascivia tapado por un vestido negro tizón, dejando poca imaginación a la vista de un generoso escote donde convivían sin molestarse dos frutas del pecado. Su cuello, fino y desnudo, contrastaba en su blancura con los mechones lisos de oscuridad que la acariciaban por delante y se perdían por la espalda. Un marco delicado para un lienzo de piel suave, rasgos angulosos y una palidez rota por dos profundos agujeros negros, que reflejaban todo un mundo de experiencia con toda clase de personas.
-Veo que sabes mi nombre, eres una cotilla, mirando en el buzón. Tranquila, la “señora” de la casa no va a volver esta noche.
-Ni creo que le apetezca volver, con todo este desorden... ¿Cuánto tiempo Frank?
-El 15 harán 3 meses.
-No, ¿Cuánto tiempo llevabais juntos?
-Unos 13 años...
-¿Hijos?
-Supongo que la maceta aquella es lo más parecido a un hijo que hayamos tenido. Por lo menos no tienes que levantarte a mitad de la noche para regarla...
-Eres un cínico.
-Es lo único que me queda... eso, y el recuerdo de esta noche.
-¿Para eso has contratado mis servicios, no? He visto tantos casos como el tuyo, y se hacen tantas tonterías por amor...
-Más se hacen por su carencia.
-¿Tienes algo de beber?
-Me quedan 2 cervezas en la nevera, tráelas, pero no me vayas a cobrar un extra de tiempo, ¿eh?
-Tranquilo Frank, esta noche es sólo para TI.
Volvió a los 2 minutos, lenta, sensual, creando el vacío a su paso y deleitándose en el hecho de sentirse observada, deseada. Se sentó igual de provocativa que antes, bebiendo cortos tragos de cerveza, y mientras lo hacía, le miró directamente a los ojos, atravesando su iris, penetrando en su cerebro, observando en su memoria, juzgando... su alma, oyendo desde lo más profundo de sus entrañas la voz de la mujer susurrándole “Te conozco Frank”.
Una sensación de desplazamiento le embriago, dejo su cerveza sobre la mesa de forma patosa...
-¿Te ocurre algo Frank?
-Creo... creo que tengo mala bebida esta noche... ¿Por qué no me haces compañia aquí, nena?
Al colocarse a su lado, la mano de Frank se puso a explorar sensualmente su muslo, duro como el mármol... y casi tan frío...
-Aún no sé como te llamas...
-En este negocio, te llaman por muchos nombres... Llámame... Verónica.
-Me gusta ese tatuaje que llevas en el hombro, no me había dado cuenta... ¿Es un... Ángel?
-Es Lilith, significa Noche, y según la mitología talmúdica, fue la primera mujer creada por Dios y mujer de Adán, pero se rebeló contra su Creador por no querer asumir el papel reservado para las de su sexo. Era independiente, segura de sí misma y fatal. Todo un icono.
-Tsk... Fatal... Estoy un poco cansado de ese tipo de mujeres ¿Tambien eres así?
-Digamos que estoy bastante de acuerdo con ella... llámalo empatía entre mujeres.
-Empatía entre mujeres... quizás me hubiese venido bien algo de eso para no estar ahora así...
-Te hubiese venido bien algo de valentía Frank...
La miró con un relampagueo de furia y la besó. Ella se aferró a su espalda y comenzó el juego de lenguas retorciéndose como serpientes húmedas en un acto frenético de cópula. Frank sintió como poco a poco perdía el combate y finalmente la alejó de sí. Empezó a notar un dolor de cabeza y un extraño sabor amargo en su boca, como si le ardiera. Sudores fríos caían por su espalda y una extraña sensación de frescor le acariciaba la nuca. Al pasar su mano por el cuello, se dió cuenta de la cantidad de sangre que goteaba de sus dedos, su camisa estaba empapada de manchas granates. Miró a Verónica, ella lucía un semblante serio y le indicó con la mirada el suelo, al lado de su pie. Cuando Frank agachó la cabeza entendió, entendió el destino que había elegido, entendió que no se despertó de un ligero sueño antes, entendió lo indoloro que es el paso hacía la muerte,lo entendió todo al ver la pistola que acababa de usar para volarse la cabeza.
Verónica se levantó y le invitó a acompañarla. Vacilando, la imitó, la siguió, echó un último vistazo a su maceta, y cerró la puerta al irse."
Escucho: Echo&the Bunnymen: The Killing Moon (Donnie Darko BSO)
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